Los adventistas consideran el sábado como el séptimo día de la semana (en concordancia con el calendario hebreo bíblico)[6] y enseñan que debe ser tomado como el verdadero día de reposo. Esta creencia se basa en la declaración bíblica: «Acuérdate del shabat (‘día de reposo’ o sábado)».[7] Guardan este día como uno de 24 horas de puesta de sol a puesta de sol, comenzando el viernes por la tarde y por ende terminando el sábado por la tarde (Génesis 1.5, 8 y 13). En estos versículos se puede apreciar que cuando el Señor terminaba su creación, diariamente se decía: «Y fue la tarde y la mañana del primer día». La autoridad de Dios para escoger este día para ser adorado se fundamenta por Éxodo 20:11, que refiere al día de la creación en Génesis 2.1-3, cuando Dios descansó, bendijo y santificó el séptimo día (o sábado) para toda la humanidad. Por eso Cristo dijo en Marcos 2.28 que el Hijo del Hombre es Señor aún del sábado. Además, Salmos 111.7-8 revela que los mandamientos de Dios son eternos, «las obras de sus manos son fieles y justas, confiables son todos sus mandamientos, permanecen firmes eternamente y para siempre, hechos en verdad y en rectitud».
Cabe destacar, sin embargo, que los adventistas creen en la salvación por gracia y la justificación por Fe en Cristo. Creen en los 10 mandamientos que Dios escribió con su dedo,y consideran que su ley es inmutable (los Diez Mandamientos, según Éxodo, capítulo 20). Con respecto a la observancia del sábado -incluida en el cuarto de los 10 mandamientos-, le dan considerablemente más importancia a guardar el séptimo día sábado que la importancia que le dan otras denominaciones a la adoración en domingo, puesto que fue Dios mismo quien santificó, bendijo y reposó durante ese día, los adventistas creen que el domingo fue instaurado por el emperador Romano Constantino en su famoso edicto en el año 321 d. C. con la finalidad, que según los adventistas, de traer a la mayoría de los adoradores del dios Sol que a que adoraran dentro de la iglesia en ese mismo día.
Argumentan, también, que Jesucristo no cambió su ley ni el día de reposo, pues Cristo «vino para cumplir» las profecías de la Ley, según Isaías 7:14: «He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel». Con la muerte en el Calvario de Jesucristo, la profecía de Isaías es considerada cumplida. En tal sentido, por la Gracia de su Resurrección, todos los que en Jesucristo crean y lo acepten como su salvador personal, serán salvos (Ver Hechos 4.11-12): «Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos». (Versión Reina Valera 1960). Toda otra doctrina es, según el razonamiento, antibíblica, creada por el hombre.
Los adventistas basan también su doctrina en un pasaje del Evangelio según Mateo:
"No penséis que he venido a abrogar la ley... sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasarán de la ley."
Esta cita de Jesús revela que mientras exista este cielo y esta tierra, los diez mandamientos escritos por el dedo de Dios no pueden ser cambiados o adulterados. Se prometen cielos nuevos y tierra nueva en Apocalipsis 21.1, por lo tanto, todavía existe el mismo cielo y la misma tierra; entonces los 10 mandamientos todavía siguen vigentes para la humanidad, no así las leyes ceremoniales, pues Cristo fue el Cordero de Dios que murió por el pecador.
Jesucristo, según el Evangelio de san Mateo 5.17-18 (Reina Valera de 1960).
También los adventistas argumentan que la Biblia profetiza que un poder humano trataría de cambiar la ley de Dios: «Pensará cambiar los tiempos y la ley» (Daniel 7.25).
Por dichas razones los adventistas se oponen firmemente al reposo dominical, pues éste proviene originalmente de tradiciones no cristianas. Las personas de otras religiones adoraban diversos dioses ampliamente difundidos por todo el Imperio romano antes, durante y después de la época del emperador Constantino. Uno de los principales era Mitra, dios solar, y el día domingo era dedicado a él. Hasta hoy, domingo se llama sun-day (en inglés) y sonn-tag (en alemán), que significa ‘día del sol’; en español, domingo significa (Del lat. dominĭcus [dies,], [día] del Señor). De la misma manera, «lunes» significa ‘día de la Luna’, «martes» ‘día del dios Marte’, etc.
Es importante considerar que los adventistas guardan el día sábado para reconocer que Dios es el creador. El día sábado fue instaurado por Dios en el Edén y luego en los Diez Mandamientos. También es importante notar que cuando Dios dio los mandamientos, en el cuarto menciona «Acuérdate del día sábado para santificarlo». El término «acuérdate» se refiere a algo que él dio en el pasado: en el Edén, Dios lo dio para toda la humanidad. Para los adventistas, el sábado es un descanso y deleite. Según Isaías 58.13-14, «Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado».
Otra base usada para la doctrina es que según la Biblia, en la tierra nueva (después del milenio) se guardará el día sábado: «Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová» (Isaías 66.22-23 Reina Valera, 1960).
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